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Prólogo

El Estatuto del Notariado Colombiano, contenido en el Decreto 960 de 1970, es una normatividad fundamental que rige el funcionamiento y la organización notarial nacional, que surge como una inevitable obligatoriedad después de una larga espera en el tiempo, donde solo se alcanzaron a promulgar minúsculas y lacónicas normas regulatorias del andamiaje protocolario. Su importancia radica en la necesidad de reglamentar aspectos relevantes para la seguridad jurídica de los actos civiles y comerciales de los colombianos, luego de haber sido investidos de fe pública por parte de la autoridad que tiene la facultad fedataria, como son los notarios. Por esta razón, el compendio que nos ocupa se constituye en una herramienta valiosa e indispensable para los profesionales del ramo, puesto que en él se hace un análisis amplio e integral de todos los ingredientes normativos, jurisprudenciales y doctrinantes que interpretan, desarrollan, viabilizan y complementan a este gran marco legal, que da legitimidad, confianza, veracidad y valor probatorio a los objetos y documentos en general.

El compendio no consiste en una mera recopilación de leyes y de conceptos, pues efectúa una verdadera interrelación entre los distintos criterios jurisprudenciales emanados de connotados tribunales, con las voces autorizadas de calificados tratadistas, para luego trasegarlo desde los ámbitos de las conceptualizaciones teóricas al mundo de su implementación práctica y funcional; lo que la convierte en una obra exhaustiva y de gran conveniencia para la comunidad jurídica y para el lector universal, ya que su estructura permite tener una visión clara y minuciosa del Estatuto Notarial y de su aplicación eficaz en la vida cotidiana donde tiene vigencia.

Al ir desplegando dentro de la obra a todo el régimen escritural y de los actos que son objeto del amparo de autenticidad, inmersos dentro de un extenso océano de normas concordantes, que nos posibilitan hacer una simbiosis con el resto del ordenamiento jurídico colombiano, seguido de las precisiones que emergen de la jurisprudencia y la doctrina, como fuentes de clarificación y de unificación, por cumplir unas misiones desentrañadoras, que permiten conocer sus alcances y hasta su espíritu, encontramos una estructura exegética bastante arcaica que, producto de una acelerada modernidad, se abre camino hacia la incorporación de las innovaciones tecnológicas de manera inexorable.

El tratado contempla las ritualidades procesales que gobiernan las actuaciones notariales, de tal manera que los tópicos sustantivos pasan a los contornos del esquema adjetivo; lo que facilita el trabajo de los notarios y lo coadyuva para lograr una mayor eficiencia y rapidez en su gestión.

El compendio está enriquecido con una amalgama muy variable y amplia de minutas ajustables a cada situación particular, que se tornan en idóneas y expeditas guías para economizar tiempo y para eliminar potenciales equívocos. De igual forma, la inclusión de la legislación anterior es de especial trascendencia para observar y comprender la evolución histórica que ha sufrido el sistema notarial colombiano.

Se hace primordial destacar que la obra es de colosal preeminencia para el uso por parte de la comunidad de notarios y abogados colombianos, porque se les habilita tener acceso a una compilación completa y actualizada que incidirá positivamente en el perfeccionamiento de su actividad profesional. Asimismo, la sociedad en general se beneficia con la seguridad jurídica que se garantiza con la correcta utilización del Estatuto y, adicionalmente, con la promoción de la confianza en favor del notario.

En síntesis, el decreto 960 de 1970, enmarcado dentro de este compendio, es de suma significación para el conglomerado de juristas nacionales, debido a que se instituye como un invaluable apoyo para el cabal impulso de sus carreras, porque no solo recoge la normativa reinante, sino también la legislación anterior, la jurisprudencia y la doctrina patria; asimismo, proporciona las minutas pertinentes, ilustra sobre los procedimientos de rigor y enumera los requisitos imprescindibles para el correcto surtimiento de las actuaciones y actos notariales.

Es meritorio matizar que el notariado colombiano es un pilar medular en la descongestión de la administración de justicia y en la solución pacífica de los conflictos, y su papel es aún más sobresaliente en las actuales circunstancias jurídicas, sociales y económicas, las cuales se están moviendo en unos entornos muy cambiantes y altamente desafiantes. En este sentido, el compendio del decreto 960 de 1970 se erige como una excelente estrategia, por su política metodológica de actualización normativa constante, para mantener permanentemente informado a sus usuarios en lo concerniente a las principales modificaciones legislativas y reglamentarias que se vayan suscitando en los estadios venideros.

Como corolario se puede aseverar, sin temor alguno, que el compendio del decreto 960 de 1970 es un ejemplar de consulta inexcusable para los profesionales que llevan a cabo diligencias notariales, puesto que, por su contenido teórico-práctico, permite a los leedores estar al día con la normatividad vigente, la jurisprudencia y la doctrina alusivas a la materia. Este epítome es una mixtura legal articulada que propugna por el apropiado ejercicio de las funciones notariales, desplegado dentro de los parámetros jurídicos, éticos y morales que configuran la naturaleza deontológica que le es de su esencia.